En una de esas tantas charlas filosofales (que me gustan tanto), un amigo me hizo pensar sobre aquellas cosas en la que históricamente fuimos reprimidos social y culturamente… Porque la sexualidad no se equipara a la genitalidad... Y el organo sexual no existe si no aprendemos a comunicarnos con nuestra sexualidad...
Hoy, pese a ser “seres evolucionados” seguimos encerrando al sexo en una cama, aunque sea una de las expresiones que más libre nos hace!
Y porque las relaciones no se miden en tiempo, sino en lecciones aprendidas creo que el domingo me volví un poco más adulta!
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